miércoles, 4 de diciembre de 2013
Los limites informativos

Por suerte ayer sí que fui correspondido en una charla con
un chico que muchos lo etiquetarían en el peyorativo de Kani o cani que es una
forma de vivir callejera y que visten en general con oro, chándales nike etc.
Pero obtuve con este chico un debate filosófico y reflexivo sobre personas
inteligente y el sistema educativo.
Todo comenzó cuando le comenté un vídeo que vi de un señor
que hablaba sobre los límites en la educación. Yo ya había pensado sobre ello
tenía mis ideas. Es cómo que desde pequeño entras en una escuela con una
materia preestablecida, empaquetada y embutida por profesores. No estoy
desprestigiando a los profesores que ante todo son educadores pero si el
sistema lineal y de competición.
Tantos años en las escuelas, estudiando las mismas materias,
catalogando con un número algo que es cualitativo y no cuantitativo ¿Por qué?
¿Por qué de alguna manera hay catalogarlo para que aprueben o no? Simplemente
porque vivimos en una sociedad en la que tienen que sobresalir los que están
dentro de los límites de lo cuantitativo y de desfase en lo pueda ser molesto. Es
decir que no se deja al intelecto que sobrepase los límites, que experiemnten
con cosas nuevas porque está fuera del programa educativo ¿Qué ocurre con
aquellos que sobresalen?
A algunos le pasan un curso o dos con suerte pero siguen
estando empaquetados en un mismo sistema, no se deja salir del sistema ¿Por qué
estar encerrados en cajones de 30 o 40 alumnos durante esas 6 horas? La
respuesta es que los padres pueden estar trabajando, encerrados en otros
cajones y separados de sus hijos para poder alimentarlos y volver a meterlos en
los que cajones donde nace la familia. Estamos metidos en cuadrados toda
nuestra vida y encima tenemos una religión que nos encierra en otros cajones en
la muerte.
Los antiguos romanos rehabilitaron las ciudades y las
convirtieron para que fuera el lugar dónde todos permaneciéramos, dónde tuviésemos
vidas sociales y aprendiéramos los unos de los otros. Las casas se hicieron
sólo para comer y dormir, no para estar encerrados en una vida asocial con el
que desaprender de los conocimientos que no nos están proporcionando al no
tener conversación, debates y un flujo de ideas.
Para ello hay varios caminos: los libros y los diálogos
deberían de ser los mayores aliados.
Salir de los límites de lo establecido
conducen a un enriquecimiento personal mucho más satisfactorio pero queda un
asunto que me lleva a ser un poco más pesimista de lo que acabo de exponer. El
que atraviesa esos límites y rompe con la norma ¿Qué le ocurre? En general
suele ser un incomprendido y rechazado porque hay miedo de sobrepasar los
límites de lo establecido. Lo mismo que ocurrió a Eva cuando comió la manzana
de la sabiduría, que Dios la castigo pero en realidad lo que ocurre es que
quiso pasar las barreras y cayó en la miseria e incomprensión.
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