miércoles, 8 de junio de 2011

Escusas

Escusas buenas o malas siempre tienen un origen. Hablando con una persona me dijo que no quería salir con nosotros dando una escusa poco creíble. Cuando le decía que eran escusas ella me daba otra diferente intentando fortalecer su argumento y que fuese un castillo imbatible. El problema era que esta persona se sentía mal porque tenía una recaída con su pareja y por eso no quería salir. Es la real escusa de la causa.


Sabía que necesitaba salir con personas que le hiciesen olvidar por un rato en su situación. Todos tenemos momentos de flaquezas en situaciones de diferentes índoles. Por eso mi insistencia en que saliese con nosotros. Pero no quiso salir y no hubo manera. Ella decía que su estado de ánimo era óptimo y que sus sueños acogedores pero en el fondo de mi ser había un señor que decía eso es una escusa.
Escusa o no la deje porque el ser muy insistente a veces acaba con un hachazo espiritual y no es necesario puesto que al final acabamos en una guerra inmaterial. Mi razonamiento es el siguiente: El autoengaño como escusa es una obra humana pues a veces preferimos no tener que decir la verdad por miedo a que sepan un punto flaco de nuestro ser. Estamos mal emocionalmente pero es preferible no mostrar flaqueza. Otros prefieren mostrar un poco de flaqueza sólo con una persona en exclusiva y otros prefieren mostrarlo porque prefieren descargarse.



El descargue emocional es otro punto importante a la hora de un bajón emocional. Solemos descargarnos cuando todas las emociones negativas se interseccionan y provocan un volcán en erupción. Es un gran error en el que todos caemos consecutivamente. Pero también podemos descargarnos individualmente llorando o pataleando una pared, no importa pero mostrar nuestros sentimientos con un amigo tiene una doble vertiente: la primera es que te haces más fuerte porque no te importa mostrar tus puntos débiles y la segunda es que te compenetras con la persona.



Personalmente el llanto ya sea de alegría o de tristeza es una liberación al igual que el abrazo una sensación intima. Aunque el llanto es al aire y el abrazo es cuerpo contra cuerpo los dos son una sensación que ayudan en las relaciones de amistad.

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