miércoles, 22 de junio de 2011
Gatuno 03
Al día siguiente mis tripas sonaban porque mi estomago estaba como una nevera en mitad del desierto. Con las pocas fuerzas que tenía fui en busca de cualquier restos de comida que me encontrase. Llegué al cubo de basura de un restaurante para el que mi nariz era un imán. Cuando se marchó el chef, salte al contenedor y rasgué la bolsa con mis queridas uñas y encontré unos restos de pescado y gambas (que rico que estaba). Cuando vino el chef, se me abalanzó violentamente con un rodillo de madera que tenía para golpearme con gran fuerza y solo me alcanzó por la cola pues yo escapé con gran rapidez.
Cuando estaba a salvo me tumbé para descansar y porque me dolía la cola de un modo desagradable. Una señora me vio y me escondí debajo de un coche. Ella me echo un poco de pan por debajo del coche y no me lo zampé porque estaba lleno y me quede dormido.
Un sonido estridente me despertó de sopetón de mi letanía. Un impacto de un palo de madera en el suelo fue la causa. Era un niño pequeño que quería darme con un palo de madera por puro disfrute. El padre le decía: -"Dale fuerte al gato". El padre intentaba taponarme las posible salidas pero salí ileso gracias a mi rapidez y me marché vehementemente hasta llegar a una casa abandonada.
Cuando estaba a salvo me tumbé para descansar y porque me dolía la cola de un modo desagradable. Una señora me vio y me escondí debajo de un coche. Ella me echo un poco de pan por debajo del coche y no me lo zampé porque estaba lleno y me quede dormido.
Un sonido estridente me despertó de sopetón de mi letanía. Un impacto de un palo de madera en el suelo fue la causa. Era un niño pequeño que quería darme con un palo de madera por puro disfrute. El padre le decía: -"Dale fuerte al gato". El padre intentaba taponarme las posible salidas pero salí ileso gracias a mi rapidez y me marché vehementemente hasta llegar a una casa abandonada.
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