domingo, 12 de junio de 2011

Seres sociables

Sabemos que somos animales muy sociables al igual que los chimpancés. Sabemos que somos seres necesitados de la compañía de otros. Sabemos que estar con otros y pasar una gran compañía es un efecto positivo para nosotros mismos. En la historia abundan personas que gustaban de la soledad o ermitaños que creían vivir en la mayor felicidad individual. Seguramente habrán muchos que crean que el ser humano puede encontrar la felicidad en ese estado emocional. Pero el autoengaño es una de las máscaras más complejas de las que disponemos para que el prójimo piense de modo contrario a tu real estado anímico.
La verdad es que nuestro yo está completo con la compañía de unos buenos amigos que te comprendan, te ayuden y tengan tus pequeños secretos. Claro que los amigos siempre tienen cosas en común que unan a los humanos. Claro que se puede pensar que necesitamos de nuestro individualismo pero es un razonamiento infundado por una creencia común e irreal. Nosotros somos en principio un yo y te tienes que querer a ti mismo y muchísimo pero el individualismo tiene que ser en si un principio de identidad y no un principio de finalidad pues somos seres sociables.

La soledad es necesaria para los humanos aunque parezca una hipocresía pues aunque necesitamos socializarnos, también necesitamos momentos en los que pensar sobre que caminos queremos tomar, que acciones hemos hecho y queremos cambiar, como solucionar ciertos problemas o como soy. En fin hay también necesidad de estar a solas ciertos momentos pero seguimos siendo seres sociales y por tanto ser un cenobita insocial es condenar tu vida a media parte de ti.

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